jueves, 16 de agosto de 2012

El gato alerta en el paredón, el anciano con su café irlandés, el borracho en el umbral de la calle Vallese, el Buda con su sonrisa sutil y sus ojos que duermen, las nubes que se mueven, las flores en el puesto de Boyacá y yo… Yo tratando de parecerme a ellos me he creado con los óleos mas extraños y enajenados un sagrario donde me escondo de lo terrenal que duele. Y todo esto… para que no te enteres. Analia.-

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