Y vos… arcano,
que peregrinabas por mis santuarios para hallar mis secretos.
Y Vos… mi todo,
que te metías en mis cuentos de hadas para convertir
lo nuestro en realidades de cuentos.
Y vos…
con alma y cuerpo
rompecabezas que habrá de soldar aquí y allá
los órganos de la alquimia.
Te estoy esperando en lo imposible, en lo posible
en el triángulo que forma un círculo,
en el círculo que forma
el ocho que yo espero.
Analia.-
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