Aprender a estar solo es
Hacerse cargo de los errores y no delegarlos
Es poner velitas y música un sábado
Es aceptar la tristeza y encontrar un motivo para alegrarnos
Es dialogar en voz alta o susurrarnos
Es reírnos y llorarnos
Es colgarnos horas meditando
Es aprender a necesitarnos
Es encontrar las respuestas Sentados en el comedor diario
Cuando aprendimos esto, estamos preparados
para vivir con el ser que amamos
y ser solitarios pero acompañados.
Analia Gabriela Ferrari.-
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