(En memoria a mi Maestro Mario Lopez Fonseca.)
Sin saberlo
Nos cruzamos
Aquel día en ese bar
Con el mismo motivo:
Encontrar en el otro
Y ( dentro nuestro)
El remedio perfecto
Para sanar el alma
Y para salvar al cuerpo.
Con los mismos patrones
pero diferentes funciones.
Aquel día
Nos guiaron
Las ganas
La fe
La esperanza
Y aquellos Ángeles
Que nos acompañaban
Sabiendo el final
que nos deparaba.
Se olía amor
Se olía sabiduría
Pero también
Se olía el dolor de saber
que el tiempo se nos iba.
Y te fuiste ...
Deseándome un Buen día
Y me fui sabiendo
Que ya no te vería.
Me legaste un encuentro
Que sano mi alma
Que salvo mi cuerpo
Y deje en vos
La Paz
Que se produce
Cuando el amor es cierto.
Y te fuiste
Al cielo
siendo un Maestro.
Y me quede
En la tierra
transmitiendo
Lo que se siente
En los encuentros
Puros y sinceros.
Analia Gabriela Ferrari.-
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