Dejaste caer la copa
y en mi penetraron
aquellas gotas rojas.
Se fusionaron con mi sangre
se transformaron
en parte de mi,
ardieron en bohemia
y en una pasion sin fin.
Dejaste a tu cuerpo
y te fuiste a soñar con los angeles
un invierno,
donde la niebla
no me permitia distinguir
entre el adoquin y el cielo gris.
Dejaste parte de tu sangre
Dejaste parte de tu alma
Dejaste parte de tus letras
y algo de tu sabiduria
quedo aqui
muy dentro de Mi.
Analia Gabriela Ferrari.-
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