Los signos de Pregunta
ya no muerden el renglon.
Ya no hay dudas.
Ya no hay demandas.
Ahora solo quedan
algunas lineas
que exclaman
por excomulgarse
del cuaderno y
transformarse
en gritos o en susurros,
para dejar de ser
tan solo palabras.
Analia Gariela Ferrari.-
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