Te encomendaste a Dios
y recorriste las fronteras,
esas que no tienen limites
esas que solo se VEN
cuando las deseas.
Rogaste
porque las señales aparezcan,
que no sean solo estandartes
que no se queden en quimeras.
Te encomendaste a Dios
te abrochaste la campera
guardaste lo importante en la cartera
te despediste de tu ego
y fuiste a visitar al humilde,
al verdadero ...
que te cruzaste en la frontera.
Analia Gabriela Ferrari.-
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